lunes, 16 de febrero de 2015

Cambio de foco


Man in the Mirror (Michael Jackson)

Quiero decirte que no vale la pena perder las energías pretendiendo que otros cambien. Y cuando te digo esto… estoy usando, una vez más, mis energías para que cambies  tú.

Me da pena ver que te enfocas en lo que te molesta de los otros, en lo que consideras injusto, en las conductas perjudiciales para su salud y su bienestar -que ellos obviamente deberían ver y no ven-. Y a la vez, yo me estoy enfocando en los pensamientos y conductas que, desde mi perspectiva, te hacen daño a ti y que deberías ver y no ves.

Somos como un holograma, cuando me asomo a tu realidad para cambiarla, veo la mía idéntica y repetida dentro de la tuya. Y a la inversa. Cada vez que pretendo “mejorarte” estoy haciendo más profundo el holograma.

Pero entonces, siempre me surge la duda: ¿cómo puedo dejar de decirte lo que para mí es obvio que va a ayudarte a estar mejor? Sería como desentenderme de ti, como “pasar” de ti, como un “hala, búscate la vida”… Y al pensar así me doy cuenta de que eso mismo piensas tú cuando te metes en la vida de otro sin conocer los entresijos de su historia, de su ser.

Mantenerme al margen, como “neutral”, me parece frío e indolente. Y sin embargo veo a personas que admiro y que no juzgan, no valoran, no “educan”, no interfieren; y no me resultan ni frías ni mucho menos indolentes. Ellas dejan SER a los demás. Y los demás se abren a ser más allá de sus “torpezas”. Es mucho más fácil permitirse ser más ante quien no te juzga, ante quien te acepta tal cual eres.

Pero mi tendencia “didáctica” es irresistible. Y a la menor de cambio me pillo “educándote”. Perdóname.

¿Qué puedo hacer? Hay quien dice que es “tan sencillo” como cambiar el foco: de querer “cambiarte a TI”, de ver lo que se puede “mejorar” en ti… a ver cómo puedo cambiar YO y qué quiero mejorar en MÍ.

Y no desde una actitud “correctora”, sino desde una actitud de darme cuenta de qué me limita y qué me ayuda a conectar más con mi esencia, con lo que me hace sonreír desde lo más profundo del corazón, con lo que me da paz.

Es mi gran asignatura pendiente porque conlleva el bucle en sí misma: cuanto más veo que algo me hace bien a mí, más ganas me entran de “enseñárselo” a otros. Y no, no es el camino. Cada uno aprende de verdad cuando experimenta su propio aprendizaje.

Tal vez, como mucho, puedo compartir mis experiencias con quien me pregunta, pero desde luego… soltar “lecciones sin cita previa” es tan inútil como desgastante.

Pero todo esto, una vez más, es algo que no se aprende de memoria, hay que sentirlo, hay que creerlo con cada una de nuestras células. Y yo aún estoy en proceso de asimilación. Todavía no he hecho “clic”. A lo mejor me falta alguna pieza en el puzzle, a lo mejor me falta seguir siendo constante en buscar mi propio cambio, mi propia luz.


Y a propósito, ¿tú qué piensas de todo esto? He preguntado, ergo, estoy dispuesta y animada a escuchar las lecciones que cada cual haya aprendido en su propio camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus meditaciones son bienvenidas: