Man in the Mirror (Michael
Jackson)
Me
da pena ver que te enfocas en lo que te molesta de los otros, en lo que
consideras injusto, en las conductas perjudiciales para su salud y su bienestar
-que ellos obviamente deberían ver y
no ven-. Y a la vez, yo me estoy enfocando en los pensamientos y conductas que,
desde mi perspectiva, te hacen daño a ti y que deberías ver y no ves.
Somos
como un holograma, cuando me asomo a tu realidad para cambiarla, veo la mía
idéntica y repetida dentro de la tuya. Y a la inversa. Cada vez que pretendo
“mejorarte” estoy haciendo más profundo el holograma.
Pero
entonces, siempre me surge la duda: ¿cómo puedo dejar de decirte lo que para mí
es obvio que va a ayudarte a estar mejor? Sería como desentenderme de ti, como
“pasar” de ti, como un “hala, búscate la vida”… Y al pensar así me doy cuenta
de que eso mismo piensas tú cuando te metes en la vida de otro sin conocer los
entresijos de su historia, de su ser.
Mantenerme
al margen, como “neutral”, me parece frío e indolente. Y sin embargo veo a
personas que admiro y que no juzgan, no valoran, no “educan”, no
interfieren; y no me resultan ni frías ni mucho menos indolentes. Ellas dejan
SER a los demás. Y los demás se abren a ser más allá de sus “torpezas”. Es
mucho más fácil permitirse ser más ante quien no te juzga, ante quien te acepta
tal cual eres.
Pero
mi tendencia “didáctica” es irresistible. Y a la menor de cambio me pillo
“educándote”. Perdóname.
¿Qué
puedo hacer? Hay quien dice que es “tan sencillo” como cambiar el foco: de
querer “cambiarte a TI”, de ver lo que se puede “mejorar” en ti… a ver cómo
puedo cambiar YO y qué quiero mejorar en MÍ.
Y
no desde una actitud “correctora”, sino desde una actitud de darme cuenta de
qué me limita y qué me ayuda a conectar más con mi esencia, con lo que me hace
sonreír desde lo más profundo del corazón, con lo que me da paz.
Es
mi gran asignatura pendiente porque conlleva el bucle en sí misma: cuanto más
veo que algo me hace bien a mí, más ganas me entran de “enseñárselo” a otros. Y
no, no es el camino. Cada uno aprende de verdad cuando experimenta su propio
aprendizaje.
Tal
vez, como mucho, puedo compartir mis experiencias con quien me pregunta, pero
desde luego… soltar “lecciones sin cita previa” es tan inútil como desgastante.
Pero
todo esto, una vez más, es algo que no se aprende de memoria, hay que sentirlo,
hay que creerlo con cada una de nuestras células. Y yo aún estoy en proceso de
asimilación. Todavía no he hecho “clic”. A lo mejor me falta alguna pieza en el
puzzle, a lo mejor me falta seguir siendo constante en buscar mi propio cambio,
mi propia luz.
Y
a propósito, ¿tú qué piensas de todo esto? He preguntado, ergo, estoy dispuesta
y animada a escuchar las lecciones que cada cual haya aprendido en su propio
camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus meditaciones son bienvenidas: