miércoles, 2 de febrero de 2011

Y tú, ¿qué vas a hacer?

Distingo un hilo conductor en muchas de las conferencias o reflexiones acerca de la crisis que aparecen por los medios, sobre todo, en Internet… Es un hilo conductor que me gusta, con el que me identifico y viene a decir que “salir de la crisis” depende de mí. Entrecomillo porque, como se expone en la conferencia que adjunto… ¿de qué crisis estamos hablando? (y al audio me remito).

Vale, aceptamos crisis como definición de la situación actual… (que, para mí, más bien no lo es, ya que sencillamente estamos en el final de una era, agotada y obsoleta en sus planteamientos básicos…), llamémosle “X”, pero ¿cómo salimos de aquí?

Durante mis años de Universidad, siempre pensé que la Economía era un misterio que sobrepasaba mi inteligencia, me costaba entender que el objetivo de una empresa no es “ganar dinero” (como pensábamos algunos ingenuotes) sino CRECER. ¿Crecer? ¿Hasta dónde? Y cuándo sea un monstruo que termine por devorar a sus hijos cual Saturno, ¿qué? Tampoco entendía esa ley de oro de que las casas no bajan de precio… Y se me hacía muy muy cuesta arriba pensar que los grandes gurús de las finanzas se la pasaban moviendo ingentes cantidades de dinero según simples expectativas, en los famosos mercados de futuros y derivados. Fabuloso.

Ahora parece que ese modelo de economía (y, por ende, filosófico y social) no estaba tan bien engranado y no era sostenible. Vaya por Dios.

Y ahora ¿qué?

Ahora nos quedan las frases elocuentes tipo: Piensa globalmente, actúa localmente. El cambio empieza por ti. This is the dawning of the age of Aquarius…

Y que conste que me gustan, pero, a la hora de actuar ¿qué?

Pensando pensando, he llegado a la conclusión de que cada uno ha de cuidar su jardín, responsabilizarse de su pequeña parcela, para que gracias al efecto multiplicador que tiene hoy cuaquier acción por lo interconectados que llegamos a estar, el mundo cambie.

En mi caso, ¿cómo?

No con grandes declaraciones ni con propuestas apabullantes que, en dos días se me olvidan o me abruman… sino con pequeños pasos cada día, ENFOCÁNDOME en todo momento en dar lo mejor de mí. En el trabajo, en el parque, en la montaña, en el mercado, en mi casa, en soledad, entre amigos… Eligiendo en cada momento la actitud que voy a tener, midiendo las consecuencias de dejarme llevar por la visceralidad y el calor del momento. S me ocurren mil ejemplos de pequeñas cosas que hacer en cada contexto (y que no hacer)

Me propongo quejarme menos y actuar más, comprometerme a hacer mi trabajo lo mejor que pueda, independientemente del contexto y de cómo lo hagan los demás. “To do my best”, la expresión inglesa lo define realmente bien. Enfocarme

Que no siempre lo voy a conseguir está claro, pero al menos, lo voy a intentar.

No me voy a quedar esperando a que el mundo sea un lugar maravilloso en el que vivir para cuidarlo, cuidarme y cuidaros lo mejor que sé.

Con alegría, con sinceridad, con responsabilidad.

Esta es mi propuesta, os invito a compartir las vuestras y a animarme cuando desfallezca.

Gracias.

http://www.eoi.es/mediateca/video.php?PHPSESSID=248be24797ccbc8c9b1e63b743d9bdcc&videoid=308