domingo, 15 de marzo de 2015

El patito feo

Apenas comenzó a sentir que su cuello se alargaba más que el de sus compañeros, decidió encorvarse para disimularlo. 

Y al descubrir su plumaje blanco, buscó hojas y ramas para conseguir un color pardo, más parecido al de sus "congéneres".

Y así con cada cambio que percibía en sí mismo. Lo ocultaba o enmascaraba, hacía lo imposible por ocultar lo que le hacía diferente, cualquier rasgo de distinción.

Luchaba sin descanso por parecerse a los otros. Hasta que un día claro y sereno, se miró en el estanque y vio una imagen fantasmagórica. ¿Quién era él?  No era nadie. No era como nadie. Y lloró amargamente su confusión.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus meditaciones son bienvenidas: