Enlace a la canción:
¿Dónde están mis fuentes de inspiración?
¿Dónde está el País de las Hadas?
¿Dónde quedó aquella Rocío, pequeñita, soñadora, capaz de
llenarse de alegría, de ilusión y de colores, capaz de imaginar nuevas posibilidades, con sólo escuchar una melodía?
Esta fue sin duda la música que más me inspiró en mi
infancia y en mi primerísima juventud. Suave, dulce, mágica, apoteósica,
sencilla. La escuchaba una y otra vez, una y otra vez, pulsando el botón de “rewind”
en un viejo radiocassette.
Despertaba en mí una explosión de colores, y visiones de
hadas y bosques empapados de rocío. Despertaba mis ganas de bailar, de saltar como
un duende, de viajar para conocer lo inexplorado. Despertaba la idea de magia: era
mi puente a un universo de arco iris, hologramas y caleidoscopios; un mundo de
movimientos sutiles, bellos y elegantes, llenos de armonía y color.
Y desde esos mundos era más fácil creer. Y crear. Y
desear. Y confiar.
Hoy empiezo ya a hartarme de ser una persona razonable y
con los pies en la tierra, empiezo a aburrirme del dos y dos son cuatro y del “aguanta,
que con la que está cayendo…”. Quiero encoger súbitamente y seguir el halo de
un hada para descubrir el escondrijo por el que se regresa a la niñez, ese
estado en el que se sabe CREER de verdad en uno mismo y en el mundo que nos
rodea, y se sabe VER más allá de las formas básicas y se encuentra la belleza y
la sorpresa en cada esquina.
Hoy es un buen día para cruzar la frontera, para recuperar
la ilusión a lo Campanilla, para inventar palabras mágicas, para descubrir la complicidad
en unos ojos extraños, para inventarles vidas disparatadas y divertidas a los
compañeros de viaje del metro –por muy grises que quieran aparentar-
Hoy es un buen día para cambiar de onda y recuperar
aquella que me hacía vibrar y ser yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus meditaciones son bienvenidas: